Comenzamos por Can Pins, pero nos fuimos antes de acabar colgados al cinto de los cazadores (esos que sí pueden ir por la montaña armados hasta los dientes y con perros sueltos) y emigramos a Port Aventura 1,2,3 y 4. Nos consolamos mutuamente ante nuestra ineptitud para este sufrido deporte. De regreso paso por las rocas bajo Auto, casi cuesta una pierna, pero sólo quedó en susto. Con valor todo se supera...
Gasyparriba
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